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Trastornos físicos durante el proceso del duelo

El duelo es el proceso psicológico que se produce tras una pérdida, una ausencia, una muerte o un abandono. Es diferente para cada persona. Se pueden sufrir diferentes síntomas emocionales y físicos como: ansiedad, miedo, culpa, confusión, negación, depresión, tristeza, shock emocional, etc.

El dolor por la pérdida se puede experimentar no sólo por la muerte, sino cada vez que en la vida tenemos una experiencia de interrupción definitiva de algo, de pérdida, de distancia que no podrá ser cubierta. La experiencia emocional de enfrentarse a la pérdida es lo que llamamos elaboración del duelo, que nos conduce a la necesidad de adaptación a una nueva situación.

No podemos separar el cuerpo de la mente, no son entes divididos que vayan cada uno por su lado. Los seres humanos somos un todo y no podemos atender una parte de nosotros mientras descuidamos la otra. A nivel fisiológico, el duelo supone un estresor a largo plazo, de modo que el proceso psicológico va a venir acompañado de sintomatología y sensaciones a nivel físico, que debemos atender como parte de la atención global que merece el duelo.

Otras complicaciones físicas están relacionadas con la comida, tanto por la aparición de pérdida de apetito como por el aumento de peso. Es muy frecuente que se produzcan pérdidas de peso significativas sin que el doliente haya hecho nada para causarlos, ya que el propio proceso de elaboración del duelo requiere una energía interna tremenda que consume recursos.

El dolor es diferente para todos.

De acuerdo con la Academia Americana de Médicos de Familia, el duelo es la respuesta normal y saludable de una persona a una pérdida. Este describe las emociones que una persona siente al perder a alguien o algo importante para ella.

El dolor es diferente para todos, y puede abarcar muchos síntomas emocionales y físicos, que incluyen:

  • Sentimientos: ira, ansiedad, culpa, confusión, negación, depresión, miedo, culpa, irritabilidad, soledad, entumecimiento, alivio, tristeza, conmoción o anhelo.
  • Pensamientos: confusión, dificultad para concentrarse, incredulidad, alucinaciones o preocupación por lo que se perdió.
  • Sensaciones físicas: mareos, latidos cardíacos rápidos, fatiga, dolores de cabeza, hiperventilación, náuseas o malestar estomacal, falta de aliento, opresión o pesadez en la garganta o el pecho, o pérdida o aumento de peso.
  • Comportamientos: Mucho llanto, actividad en exceso, irritabilidad o agresión, pérdida de energía, pérdida de interés en actividades agradables, inquietud o problemas para dormir.
  • Cambios bruscos de peso durante el duelo.
    Los aumentos o descensos bruscos de peso durante un proceso de duelo pueden estar provocados fundamentalmente por dos motivos.

Por un lado, tras el duro golpe que implica una muerte, puede desarrollarse un desajuste fisiológico que explique los cambios significativos de peso. Cuando tanto el aumento como la pérdida se produce de manera brusca, es recomendable pedir opinión médica.

Por otro lado, puede que la comida esté siendo utilizada como regulador de la emoción. La comida puede usarse como regulador del estado de ánimo, recurriendo a ella en momentos de más ansiedad, o ante alguna emoción en concreto. De la misma manera, durante el proceso de duelo –y sobre todo al principio– no se suele cuidar la alimentación, por lo que es fácil que se tienda a malcomer y a tener horarios muy irregulares, lo que también contribuye al descontrol del peso.

Síntomas físicos del duelo.

Durante el duelo, también es frecuente que el doliente experimente un conjunto de sensaciones poco específicas, como dolores difusos, sensación de tensión y agotamiento, dolores de cabeza, complicaciones gástricas, todas ellas relacionadas con el esfuerzo que está haciendo el organismo para afrontar la situación y que son sensaciones normales en la descripción diagnóstica del duelo.

Eso no quiere decir que deban desatenderse o que no haya que hacerles caso. El doliente debe procurarse autocuidado sin alarmarse, dando a esas sensaciones el significado que tienen, son avisos de nuestro cuerpo de que está sucediendo algo complicado de procesar. Y, por lo tanto, debemos atenderlo con cuidado y cariño.

Complicaciones físicas graves del proceso de duelo

Las complicaciones físicas del duelo también pueden ser intensas y complejas. Por ejemplo, pueden darse procesos de ansiedad que incluyan ataques de pánico, mareos y fuertes somatizaciones físicas. La somatización se hace patente cuando no está habiendo una atención adecuada al proceso interno, tanto emocional como cognitivo. Es el recurso que tiene nuestro organismo para llamar la atención de lo que está ocurriendo y no estamos atendiendo.

En el duelo existen muchas situaciones que nos conducen a no atender adecuadamente el propio proceso: el miedo de las personas al contacto con el dolor (lo que les impulsa a evitarlo y a llenar su vida de actividades), reprimir según qué emociones, centrarse más en el proceso de la familia que en el propio, o el miedo a la muerte que se hace real cuando alguien cercano fallece. Todo esto hace que aumente la probabilidad de que el cuerpo se queje.

Escuchar al cuerpo durante el duelo

El duelo, como proceso holístico, incluye subprocesos a todos los niveles: emocional, cognitivo, físico, por lo que no debe extrañarnos que el cuerpo también “tenga voz” durante la elaboración del duelo. Se trata de encontrar la manera de escucharlo y atenderlo.

Conclusiones

Todas estas reacciones a la pérdida son normales. Sin embargo, no todos los que atraviesan un proceso de duelo experimentan las reacciones antes citadas, y no todos las experimentan en el mismo orden. Es común retroceder a través de algunas de estas reacciones, etapas y síntomas más de una vez.

Por ello, si estás pasando por un duelo, es importante que acudas con un especialista en salud mental, y te rodees de tus seres queridos para que crees una red de apoyo que te permita salir adelante durante esta situación de vida.

Un tema de suma importancia es considerar que lo único seguro que tenemos en esta vida es que en algún momento vamos a partir, por esto es conveniente pensar y planificar nuestra partida, para no dejarle problemas a nuestros familiares.

En Funeza, contamos con un Plan de Previsión que te permite hacer todos los arreglos funerarios anticipadamente, evitando con esto que ninguno de sus seres queridos tenga que tomar decisiones bajo condiciones emocionales desfavorables, en ese momento.

Adicional a la tranquilidad y carga emocional de la que liberará a su familia, económicamente hacer los arreglos funerarios de manera anticipada trae múltiples beneficios.

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¿Cómo sobrellevar el duelo en las fiestas decembrinas?

El duelo por la pérdida de un ser querido es una experiencia difícil en cualquier momento; pero en la época de fiestas navideñas, puede ser mayor la sensación de pérdida y la aflicción. Las reuniones familiares y las fiestas pueden constituir momentos dolorosos debido a la ausencia de un ser querido. Sin embargo, también pueden constituir momentos reconfortantes en los cuales uno pasa tiempo con la familia y los amigos, centrando la atención en los buenos recuerdos y tratando de recuperar la alegría.

 

¿Qué hacer?

Aquí te brindamos algunas recomendaciones para tratar de pasar lo mejor posible las fiestas decembrinas ante la pérdida de un ser querido.

 

Acepta tus sentimientos

Cada persona lleva el duelo a su modo. Algunos tratarán de evitar los sentimientos tristes; otros, llorarán mares de lágrimas. Algunas personas se sienten mal por no sentirse animados para disfrutar de las fiestas; otras, culpables por sentirse alegres. Sea como sea que te sientas, ¡acéptalo!

 

Fechas tan especiales como Navidad son un doloroso recordatorio de esta ausencia física por lo que procura ser paciente con tus emociones. Es usual que experimentes una intensa montaña rusa emocional en este día mientras que los recuerdos de aquellas Navidades en las que estaba tu ser querido vienen insistentemente a tu cabeza.

 

Asuma que las cosas han cambiado; ciertamente, las fiestas navideñas jamás volverán a ser como antes. Aceptar esto lo ayudará a manejar las expectativas. Planifique actividades nuevas, especialmente el primer año luego de la pérdida. Reúnase en un sitio distinto para los festejos en familia, cambie el menú o salga a comer, haga trabajo voluntario, invite a amigos a su casa, vaya al teatro, viaje, etc.

 

Recurre a tus familiares y amigos

Es importante que puedas platicar con tus seres queridos acerca de tus emociones. Lo mejor es que seas sincero respecto de cómo te gustaría que se hicieran las cosas este año. Por ejemplo, si deseas hablar sobre los que ya han fallecido, hazlo, y hazles saber a los demás que no tiene ningún problema con ello. Puedes invitar a algún amigo para sentirte apoyado.

 

Ciertamente el apoyo profesional de un terapeuta es imprescindible. Mantente en contacto con otras personas que estén de duelo a través de grupos en línea y contactos de amigos.

 

Algunas veces, la expectativa es peor que las fiestas como tal. Puedes organizar actividades reconfortantes en las semanas previas, para acumular alguna expectativa favorable en vez de acumular angustia por el dolor que podrían generar los festejos. Podría ser más fácil con actividades nuevas, pero las tradiciones familiares también podrían ser reconfortantes. Rodearse de positivismo puede ayudar mucho.

 

Busca nuevas tradiciones

Si el solo hecho de pensar en muchas actividades navideñas te resulta doloroso, abrumador o inadecuado para este año, no tiene que llevarlas adelante. Por ejemplo, podrías optar por minimizar la decoración de tu casa y tomarte un respiro en ciertas obligaciones de fin de año como, por ejemplo, enviar tarjetas y saludos navideños. O bien, aprovechando la tecnología, prueba hacerlo por internet en vez de por correo postal.

 

Piensa en actividades que te resulten consoladoras y regocijantes para esta Navidad excluyendo aquellos rituales que aún pueden causarte dolor y tristeza. En este sentido, es aconsejable que hables con tus familiares sobre estas nuevas actividades que deseas realizar, pregúntales cuáles son sus deseos y/o expectativas al respecto y explícales por qué has decidido hacerlo. Por lo tanto, no te sientas obligado a participar en actividades o rituales para los que aún no te sientas preparado

 

Reconocer a quienes han fallecido

Si estás atravesando por una etapa de duelo por la pérdida de alguien muy cercano, puede ayudar emocionalmente el llevar adelante un ritual navideño en memoria del fallecido. Algunas cosas que pueden hacerse son encender velas, hablar de la persona, comprar juguetes o libros para donarlos a los niños en su nombre, dedicarle un servicio religioso, plantar un árbol, preparar una tarjeta o escribir una carta, mostrar fotos o poner algún objeto de su propiedad entre la decoración navideña.

 

Conclusiones

La Navidad y el Año Nuevo son fiestas en que la familia se reúne, con alegría y entusiasmo. Pero para quienes han sufrido la pérdida reciente de un ser querido, éstas conllevan un estrés adicional, debido a que la tristeza, la angustia y en muchos casos la desesperación, hacen difícil que puedan integrarse a una celebración.

 

No hay una forma correcta o incorrecta de celebrar las fiestas navideñas luego de que hemos perdido a un ser querido. Pero sí podemos hacerte una recomendación especial: no ocultes tus sentimientos o los evadas. No debes vivir estos momentos tan significativos como si nada hubiera pasado, permítete sentirte triste o llorar cuando así lo desees porque ocultar esta pena te provocará mayor daño. En este período, será importante encontrar el apoyo de tus seres amados y tomarte las cosas con tranquilidad, planificando lo que desearás hacer durante estas festividades sin ponerte ninguna exigencia.

 

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El duelo y la pareja

El duelo es un proceso en parte interno y en parte compartido: interno, porque implica un proceso de introspección, de revisión y reconstrucción, guiado por el dolor; y compartido, porque como seres sociales que somos, vivimos en familia, en comunidad, etc.

El duelo tiene lugar tras cualquier clase de pérdida, aunque suele ser más intenso tras el fallecimiento de algún ser querido. No es un sentimiento único, sino más bien una completa sucesión de sentimientos que precisan de cierto tiempo para ser superados, no siendo posible el acortar este período de tiempo. Es la respuesta emotiva a la pérdida de alguien o de algo que es importante para nosotros.

Lo que vivimos afecta a nuestro entorno y, al mismo tiempo, la manera en que lo vivimos está mediada por nuestro círculo más cercano y por nuestra cultura.

El duelo por la muerte de la pareja

Cuando sufrimos la pérdida de una pareja, pareciera que el mundo cambia drásticamente, el dolor puede hacer que las personas se sientan aturdidas, agobiadas y atemorizadas.

Puede sentirse culpable por ser el que todavía está vivo. En algún momento, es posible que hasta se sienta enojado con su pareja por haberlo dejado. Todos estos sentimientos son normales. No hay reglas sobre cómo debe sentirse. No hay una forma correcta o incorrecta de estar de duelo.

Cuando está sufriendo por una pérdida así, puede sentir dolor físico y emocional. Las personas que están de duelo a menudo lloran fácilmente y pueden tener:

  • Dificultad para dormir
  • Poco interés en la comida
  • Problemas de concentración
  • Dificultad para tomar decisiones.

Además de lidiar con los sentimientos de pérdida, quizás también tenga que poner en orden su propia vida. Esto puede ser una tarea dura. Algunas personas pueden sentirse mejor antes de lo que esperaban, mientras que otras pueden tomar más tiempo.

¿Todos sienten lo mismo después de la muerte de un cónyuge?

Los hombres y las mujeres comparten muchos de los mismos sentimientos cuando muere su pareja. Ambos pueden lidiar con el dolor de la pérdida y ambos pueden preocuparse por el futuro. Pero también puede haber diferencias.

Muchas parejas casadas se reparten las tareas del hogar. Dividir los trabajos a menudo funciona bien hasta que hay una sola persona que tiene que hacerlo todo. Aprender a administrar nuevas tareas, desde los quehaceres del hogar hasta las reparaciones de la casa y las finanzas, lleva tiempo, pero se puede hacer.

Estar solo puede aumentar las inquietudes sobre la seguridad. Es una buena idea asegurarse de que haya cerraduras que funcionen en las puertas y ventanas. Si necesita ayuda, lo que mejor se puede hacer es pedirle ayuda a un familiar o amigo.

Enfrentar el futuro sin la pareja, puede causar temor. Muchas personas nunca han vivido solas. Aquellos que son viudos y jubilados pueden sentirse muy solos y deprimidos.

El duelo dentro de la pareja

Cuando tiene lugar una pérdida en la familia, sus miembros inevitablemente inician su proceso de duelo, cada uno diferente, a su manera y con sus peculiaridades. En el ámbito de la pareja, se establecen las mismas diferencias individuales, con la dificultad añadida de que hay que manejar este proceso con la dinámica previa de la pareja y con la carga añadida que suele depositarse en los momentos de dolor.

El duelo por la muerte de un hijo es la primera de las pérdidas que nos viene a la mente cuando pensamos en el duelo conjunto que vive la pareja, pero la muerte de algún familiar cercano o de amigos también desencadena el duelo y, por tanto, el proceso compartido.

Aceptar las diferencias en pareja ante la vivencia de un duelo

A menudo somos testigos de cómo dos personas que ven una misma escena pueden interpretarla de diferente manera e, incluso, pueden explicarla de forma tan dispar que, a veces, parece que han visto escenas distintas.

Con el duelo y la pareja ocurre lo mismo: puede que ambos hayan perdido a un hijo, pero la forma de asumirlo, expresarlo y vivirlo va a ser distinta, puesto que son personas distintas. Y ahí está el reto de la pareja que experimenta una pérdida: en saber entender que el duelo del otro, su forma de expresarlo y vivirlo es tan válido como el propio.

Claves para superar el duelo en la pareja

En el duelo en pareja hay dos ingredientes fundamentales: la claridad y la paciencia. Es muy común que en estas circunstancias se atribuyan a la pareja suposiciones y pensamientos que se asumen como ciertas sin confrontarlas primero, pudiendo ser reales algunas veces, pero otras, no.

Poner claridad en los sentimientos de uno y otro va a potenciar la empatía entre los dos. Es la manera que tiene la pareja de ajustarse, de poder ver cómo poder ayudarse entre ellos y, también, de comprobar qué expectativas de uno y otro no pueden o no van a cumplir.

Conflictos del duelo en pareja

Cuando escuchamos al otro y le atendemos con cariño y la mente abierta, podemos comprender lo que le ocurre, cómo lo está asumiendo y cómo está siendo su proceso, siempre diferente al camino propio. Por tanto, habrá puntos de encuentro y puntos de divergencia. Las necesidades de cada uno serán diferentes, puesto que cada uno va a vivir el duelo a su manera y con sus propias peculiaridades.

En esta situación, será normal que la pareja atraviese por momentos de mayor tensión, en los que el conflicto y la irritabilidad estarán presentes, puesto que hay muchos cambios, dolor, experiencias vividas. Es importante, tener en cuenta que la vida ha cambiado y eso se refleja en la pareja. Tanto uno como otro tendrán la mayor parte de su energía centrada en su propio proceso.

Conclusiones

Cuando la pareja muere, a pesar de que pase el tiempo, es posible que aún extrañe a su cónyuge. Pero para la mayoría de las personas, el dolor intenso disminuirá. Habrá días buenos y malos. Es posible que la persona se sienta culpable por reírse de una broma o disfrutar de la visita de un amigo. Es importante que comprenda que esto puede ser un sentimiento frecuente.

Cuando se vive en pareja el duelo de algún otro familiar, la manera en que los dos vayan afrontando el proceso y cómo lo vayan resolviendo determinará la unión y el crecimiento de la pareja, o su distanciamiento. Para poder atravesar juntos este camino, es importante tener claro que lo que está en la base es el amor. Desde el amor se conecta con la comprensión, la empatía, la paciencia y el respeto.

Un tema de suma importancia es considerar que lo único seguro que tenemos en esta vida es que en algún momento vamos a partir, por esto es conveniente pensar y planificar nuestra partida, para no dejarle problemas a nuestros familiares.

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7 consejos para aceptar la muerte de un ser querido

Sobrellevar con la pérdida de un ser querido podría ser uno de los mayores retos que podemos enfrentar. Podemos ver la pérdida como una parte natural de la vida, pero aun así nos pueden embargar el golpe y la confusión, lo que puede dar lugar a largos períodos de tristeza y depresión.

 

Ciertamente, cada persona reacciona de forma diferente a la muerte y echamos mano de nuestros propios mecanismos para soportar el dolor que ésta conlleva. Las investigaciones indican que el paso del tiempo permite a la mayoría de las personas recuperarse de la pérdida si estas pueden contar con apoyo de su entorno social y mantenga hábitos saludables. Aceptar la pérdida de alguien cercano puede tomar desde meses hasta años. Pero, es importante entender que no hay una duración “normal” de duelo.

 

Cómo continuar con la vida

Es importante, saber que, superar la pérdida de un ser querido toma tiempo, pero las investigaciones realizadas por psicólogos y tanatólogos nos sugieren que esto puede ayudar a alcanzar un renovado sentido de propósito y dirección en la vida.

 

A las personas que están pasando por el duelo podrían resultarles útiles los siguientes 7 consejos para lidiar con su pérdida:

 

  1. Expresar y liberar las emociones

Las personas afectadas no deben contener el llanto si siente que está a punto de llorar. Tampoco debe preocuparse si escucha determinadas canciones o hacer cosas que solía hacer con su ser querido, sabemos que es un tema doloroso porque justamente trae recuerdos de la persona que perdió, sin embargo, es un tema que puede ayudar y es normal que sientas eso. Aceptar los sentimientos es una parte esencial, después de la muerte de alguien cercano, se puede experimentar todo tipo de emociones. Es normal sentir tristeza, rabia, frustración y hasta agotamiento.

 

  1. Escucha

La persona que ha sufrido la pérdida de un ser querido muy cercano necesita ser escuchada, no tanto como ser consolada. Quizás no necesite grandes consejos, sino más bien verbalizar sus sensaciones. Los psicólogos recuerdan que el desahogo a través de la palabra es una de las formas más efectivas para superar graves traumas. Por ello, también son muy recomendables tanto los grupos de apoyo como las sesiones particulares con profesionales que habitualmente se incluyen entre los servicios que prestan los seguros de decesos.

 

Ayudar a otras personas a que lidien con la pérdida, hará que también te sientas mejor. Compartir anécdotas sobre los difuntos puede ayudar a todos a lidiar con la pérdida.

 

  1. Rememorar y celebrar la vida de tu ser querido

Enmarcar fotos de momentos felices que vivieron juntos, ir a los lugares especiales donde la pasaban en compañía, plantar un jardín en su memoria o ir al panteón y dejarle flores, son algunas de las formas más significativas de honrar a esa persona especial. Prepara una caja o una carpeta de recuerdos con cosas de la persona que falleció.

 

Otra buena opción es unirte a un grupo de apoyo. Si crees que podría interesarte ir a un grupo de duelo, pregúntale a uno de tus padres, a un consejero escolar o a un líder religioso cómo hacer para encontrar uno. No tienes por qué hacer frente solo a tus sentimientos y tu dolor.

 

  1. Hablar del tema

Comienza a escribir en un diario los recuerdos que tienes de la persona que perdiste y cómo te sientes desde su partida. O escribe una canción, un poema o un tributo a esa persona amada. Puedes hacerlo en privado o compartirlo con otros. Platica sobre la pérdida de tu ser querido con amigos y colegas para poder comprender qué ha sucedido y recordar a la persona de la mejor manera. Negarse que ocurrió la muerte lleva al aislamiento fácilmente y puede a la vez frustrar a las personas que forman su red de apoyo.

 

A algunas personas les hace bien contar la historia de su pérdida o hablar acerca de sus sentimientos. Pero a veces, una persona no tiene ganas de hablar sobre la pérdida de un ser querido y eso también es completamente normal.

 

  1. Tiempo

Tanto si el fallecimiento ha sido repentino como si ha venido precedido de una larga enfermedad, la muerte no se asume, en general, en un instante y menos la de un ser querido y próximo. No acelerar las etapas de duelo y permitir a la persona afectada darse su tiempo para ello es básico a la hora de superar la muerte de un ser querido. No valen de nada prisas, ni agobios, según todos los estudios, el tiempo es la gran herramienta para superar este tipo de traumas.

 

  1. Nuevos estímulos

No se trata de olvidar ni tampoco de enterar el recuerdo de la persona fallecida, no es necesario ni recomendable, según los psicólogos, para aceptar la muerte. Sin embargo, si es necesario incorporar la realidad a la vida diaria y construir con ella una nueva rutina que será más sencillo si se buscan nuevos estímulos vitales o se recuperan los que se tenían. La simple presencia de otras personas que apreciaban a tu ser querido puede ser reconfortante.

 

  1. Ayuda profesional

Es necesario y muy útil contar con el apoyo de un profesional para superar la muerte de un ser querido. Por ello, siempre resulta muy práctico para el entorno familiar contar con la cobertura de apoyo psicológico. De esta forma, en el momento necesario los familiares del fallecido –hijos, padres y hermanos- contarán con una ayuda profesional para superar el duelo de forma sencilla y segura, ahorrándose más problemas y sufrimientos.

 

Conclusiones

Ciertamente, pasar por un duelo hace que las emociones nos abrumen o que no puede superarlas, quizás hablar con un profesional de salud mental calificado como un psicólogo le podría ayudar a lidiar con sus sentimientos y recuperar el rumbo para salir adelante.

 

Si tomamos en cuenta que la mayoría de nosotros puede superar la pérdida y continuar con nuestras vidas, nos damos cuenta de que los seres humanos, por naturaleza, tenemos una gran capacidad de resiliencia. Pero algunas personas lidian con el duelo por más tiempo y se sienten incapaces de llevar a cabo sus actividades cotidianas. Estas personas podrían pasar por lo que se conoce como duelo complicado y les podría beneficiar la ayuda de un profesional de salud mental calificado como un psicólogo que se especialice en el duelo.

 

Un tema de suma importancia es considerar que lo único seguro que tenemos en esta vida es que en algún momento vamos a partir, por esto es conveniente pensar y planificar nuestra partida, para no dejarle problemas a nuestros familiares.

 

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¿Cómo honrar la vida de mis fallecidos?

Todas las culturas disponen de una forma particular de entender la muerte y de honrar a sus difuntos. En noviembre, el Día de Todos los Santos, según la tradición católica, es el momento para realizar este ritual recordatorio de las personas queridas que han fallecido.

No es mucho lo que se necesita para honrar a un ser querido que haya fallecido. Cada vez que se detiene a pensar en esa persona, como la forma en que se reía, cómo le gustaba su café, esa sonrisa especial que sólo a ti te regalaba, eso es honrar a un ser querido.

¿Qué significa honrar?

En nuestra época, los rituales corren el riesgo de quedarse desprovistos del significado real que los originó. Uno puede entonces repetir unos gestos, una costumbre, e ir en este caso al cementerio o al lugar donde se depositaron las cenizas sin conectar con lo que realmente le llevó allí. O, para quienes no se identifican con cierta religión, puede carecer de sentido seguir una tradición ajena a sus valores.

Las raíces de la identidad

Y es que honrar significa precisamente que ese nadie, esa persona que ha abandonado esta existencia se convierta en alguien, mostrándole respeto, consideración, ofreciéndole reconocimiento, un lugar en la familia y en la sociedad. Sea uno o no creyente, aquellos que le han precedido son las raíces sobre las que se ha edificado su identidad. Somos quienes somos en gran parte por las relaciones que han conformado nuestra vida, por las personas que han marcado de algún modo nuestra existencia.

Ideas para honrar a un ser querido

  • Acepta la pena

Es cierto que la actitud optimista es una gran aliada en nuestra vida, pero hay situaciones que requieren de la tristeza y la frustración. Acepta que te sientes así y el motivo por el que lo sientes. Piensa que las emociones se presentan al inicio de forma brusca, nos cambian la vida, pero que poco a poco, a medida que nos adaptamos a la pérdida, van perdiendo intensidad. Deja que todo siga su curso natural.

  • Visitar lugares asociados a la persona fallecida

Algunos lugares pueden ser el cementerio, o donde se hayan esparcido sus cenizas o simplemente algún lugar que le gustaba mucho (una playa, un parque de diversiones, un restaurante, etc.). Aunque físicamente no puedas estar con la persona fallecida, tal vez le sirva de ayuda reservar un momento adecuado para ir a algún lugar donde sienta su cercanía. Considere la posibilidad de ir toda la familia, ya sea una vez por semana, por mes o por año. 

  • Practicar el deporte o el pasatiempo preferido de la persona fallecida

Si jugaba al básquet, sería bueno poder ir toda la familia a jugar a un parque. Si le gustaba el arte, tome clases de pintura. Puede ser una manera sanadora (y divertida) de honrar a tu ser querido. 

  • Comer el platillo favorito de su ser querido

Para el cumpleaños o el aniversario del fallecimiento de tu ser querido, ve a su restaurante preferido o prepara en casa ese platillo. Disfrútenlo tanto como si fuera esa persona.

  • Hacer un álbum de recuerdos

Reúne fotografías, notas y todo tipo de recuerdos de tu ser querido en un álbum. Los álbumes de recuerdos son ideales porque son como un diario visual que nos permite mirar atrás y recordar anécdotas de la persona fallecida. También puedes integrar sucesos posteriores a su partida como símbolo de que la vida continúa sin la compañía de tu ser querido.

  • Planea fechas importantes

Considera la posibilidad de celebrar el cumpleaños de tu ser querido como siempre o hacer algo que le hubiera gustado, como ver su película favorita, etc. Durante las festividades tal vez sientas consuelo en incluir a la persona fallecida en las tradiciones familiares como recordatorio de que todavía está allí, aunque sea de otra manera. Por ejemplo, encender una vela o vaso de agua en su honor, o incluso poner un plato adicional en la mesa. Disfruta de las tradiciones que le gustan, pero también comienza otras nuevas. Con ello, la familia puede descubrir un sano equilibrio entre honrar el pasado y avanzar hacia el futuro.

  • Recuerda los aspectos positivos de su personalidad

Tal vez recuerdes a tu ser querido por su sentido del humor, generosidad, espíritu deportivo o ternura. Piensa en todos los aspectos de su personalidad que más admiraban en su familia.

  • Sufrir no significa querer más a la persona

Cuando recordamos a las personas que se han ido, parece que tuviéramos que hacerlo con pena y no con risa. En nuestra sociedad relacionamos la pena por alguien con el amor que le profesábamos. Y si no lloras, no lo sientes. Es un error. Las muestras de amor son la dedicación, el tiempo compartido, la comprensión, la ayuda que has prestado, el cariño, la comunicación, pero no la tristeza por la pérdida.

  • Quédate con todo lo que aportó esa persona a tu vida

Aprende a disfrutar de la persona fallecida. Recordar aviva los sentimientos y emociones y podemos llegar a experimentar emociones idénticas a las vividas en la situación real. Así que trata de echar leña para que los recuerdos sean entrañables, incluso graciosos, en lugar de tristes.

Conclusión

Una vez finalizado el funeral y luego de retirar todas las cosas del ser querido, tener una forma especial de honrarlo puede ayudar a aliviar el dolor durante el proceso de duelo. Honrar a un ser querido luego de su partida permite que la conexión tan estrecha que existió en vida continúe luego de su fallecimiento.

Nadie quiere pensar o hablar sobre perder a un ser querido antes de tiempo, pero anticiparse a planear y tomar decisiones hoy sobre un problema que sabemos que en algún momento habrá que resolver, es un acto de responsabilidad y afecto hacia nuestras familias.

El arreglo de un funeral implica una serie de decisiones que deben tomarse con la familia de manera anticipada, y adicionalmente conlleva una serie de costos que cuando no se está preparado, pueden generan gastos innecesarios que afecten las finanzas familiares cuando se toman decisiones bajo presión o situaciones emocionales desfavorables, estado en el que generalmente se encuentra toda la familia cuando se enfrenta al deceso de un ser querido.

Plan de Previsión Funeza es una solución que le permite de una manera anticipada y planeada adquirir los servicios funerarios para el futuro.