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¿Qué es mejor, inhumación o cremación?

Cuando fallece un ser querido, las opciones que se nos plantean para con sus restos son dos: la inhumación o la incineración.

Pero ¿En qué consiste cada uno? ¿Qué ventajas ofrecen? ¿Cuál es más económica? En este artículo te daremos información al respecto para que consideres

¿Cuál es la diferencia entre inhumación y cremación?

La inhumación consiste en el enterramiento de un cadáver y la cremación o incineración es reducir el cuerpo a cenizas.

Es decir, en la cremación no se produce la descomposición del cuerpo, como sí sucede en la inhumación. El de la incineración es, por lo tanto, un proceso mucho más rápido, que dura unas pocas horas. Se calcula que la descomposición, en cambio, se puede extender durante 15 a 50 años.

Las diferencias también son evidentes en cuanto a la manipulación y movilidad de los restos.

Una urna con cenizas se puede trasladar de un sitio a otro más fácilmente e incluso se puede esparcir las propias cenizas. El ataúd con los restos sin incinerar se inhumará en un cementerio donde permanecerán para siempre (A no ser que produzca la exhumación).

Otra diferencia importante es que de las cenizas no se puede extraer material genético, mientras que de un cuerpo en descomposición sí.

Ventajas de la incineración o cremación

La principal ventaja de la incineración es claramente su costo pues es mucho más barato en general que una inhumación. De hecho, esta ha sido una opción para las familias con escasos recursos económicos o jóvenes sin seguro de decesos que se encuentran ante la tesitura de hacerse cargo de un importe elevado en un momento en el que carecen de liquidez financiera.

Además, el proceso de cremación es, en términos generales, mucho más rápido y práctico a la hora de movilizar los restos funerarios del difunto. Esto también hace de la incineración una opción mucho más atractiva para aquellas personas que quieran tener a su ser querido cerca de ellos.

También, es un proceso más higiénico desde el punto de vista de la salud pública y, de hecho, era práctica habitual en pandemias como la peste.

No tiene tantos gastos de mantenimiento como la inhumación. Es decir, una vez incinerado el cadáver y obtenidas las cenizas usted podrá hacer con ellas lo que estime oportuno.

Las cenizas del ser querido fallecido se pueden trasladar a a cualquier lugar y, dicha práctica está aceptada por la mayoría de las religiones.

Permite el traslado de las cenizas a cualquier lugar por parte de la familia. Es decir, es mucho más práctico que la inhumación tal y como hemos comentado anteriormente.

Esta práctica es aceptada por la mayoría de las religiones siempre y cuando se conserven todas las cenizas como una unidad y no se dividan en varias partes. El reparto de estas cenizas en varias partes está prohibido en la mayoría de las religiones.

Se evita de esta manera el deterioro y putrefacción del cuerpo lo cual beneficia al medio ambiente. Además, este procedimiento funerario evita las epidemias y las enfermedades puesto que se destruyen inmediatamente los restos.

Las cenizas pueden ser utilizadas como material para honrar y hacer transcender a nuestros familiares en piezas de carácter artístico, como la elaboración de cuadros, creación de piezas como joyas o también en colgantes, de esta manera siempre tendrás a tu ser querido muy cerca de ti.

Desventajas de la cremación.

Es cierto que la evolución de los hornos crematorios ha permitido que estos sean cada vez más respetuosos con el entorno.

Esta opción no permitiría extraer ADN del difunto para su análisis en el futuro ni someter el cuerpo a investigaciones científicas si se considera. Sobre todo, en casos en los que las circunstancias del fallecimiento han sido sospechosas.

Aunque es una práctica aceptada por algunas religiones mayoritarias como el cristianismo, la Iglesia siempre prioriza el enterramiento tradicional en cementerios y otros lugares sagrados, pues así se confirma la fe en la resurrección de la carne y se otorga la más alta dignidad al cuerpo humano. Las personas creyentes, por lo tanto, son más reticentes a este tipo de prácticas. Pese a lo anterior, la Iglesia no se opone expresamente a la cremación. Lo que sí especifica es que las cenizas del difunto deben mantenerse juntas (No cabría repartirlas entre varios miembros de la familia), y se han de depositar en algún cementerio o lugar sagrado.

Ventajas de la inhumación o del enterramiento.

Es una práctica aceptada por la mayoría de las religiones. También, el cuerpo vive un proceso natural de transformación y descomposición.

Existe la posibilidad de la creación de monumentos o placas personalizadas alrededor de los restos del ser querido, el cual puede incluir un mausoleo, cripta o lápida con inscripciones, pensamientos y un lugar en forma para visitar al ser querido.

Desventajas de la inhumación o del enterramiento.

La principal desventaja es la del precio ya que a los gastos propios del funeral y el entierro habría que sumar los de mantenimiento, especialmente la cesión del nicho o tumba.

El proceso es idóneo para que los restos se queden en un único lugar de forma que se hace más complicado honrar la memoria del fallecido al estilo tradicional para quienes viven lejos. La urna sí es más fácil de llevar y depositar en un lugar cercano. 

Conclusiones.

Sea cual sea la opción que tú o tu familia tengan decidida para cuando llegue el momento de partir. Siempre es recomendable contar con un plan de previsión funerario.

En Funeza, contamos con un Plan de Previsión que te permite hacer todos los arreglos funerarios anticipadamente, evitando con esto que ninguno de sus seres queridos tenga que tomar decisiones bajo condiciones emocionales desfavorables, en ese momento. ¡Contáctanos! Y pregunta por nuestros servicios.

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