
Neolítico, Edad de Bronce y Edad de Hierro; aportaciones a la cultura crematoria.
Junto con la inhumación (entierro), la cremación es actualmente una de las prácticas más populares hoy en día para el destino final de los restos mortales.
Conocida también como incineración consiste en reducir a cenizas un cuerpo; cenizas que son guardadas en una urna y entregadas a la familia. Su práctica se remonta a la era neolítica en el litoral del mar mediterráneo donde nacieron culturas y civilizaciones como la sumeria, egipcia, fenicia, griega, romana entre otras. Su primer declive fue en el año 3000 A.C. cuando se logró establecer y propagar la cultura semita.
En ese punto de la historia y por muchos años más fue considerada una actividad inadmisible y retrógrada, para el antiguo oriente sólo era una práctica utilizada en tiempos de plagas y los persas castigaban con pena de muerte a quien la practicaba.
En Europa se tiene registro de esta actividad funeraria desde principios de la Edad de Bronce, a finales de la misa proliferan y se difundió con más fuerza “La cultura de los campos de urnas” que abarcó desde el Río Danubio, el mar Báltico, el mar del Norte y la península ibérica; este nuevo ritual funerario consistía en llevar a cenizas el cadáver para enseguida ser depositadas en urnas de cerámica que eran enterradas.
Pese a que el entierro tomó fuerza en la Edad de Hierro, la cremación siguió vigente en algunas regiones donde era bien vista a pesar de no serlo en otras. Homero hace mención de ella al describir los funerales de Patroclo en la Guerra de Troya; en Roma era común que ninguna familia permitiera que sus difuntos fueran quemados; los hinduistas al contrario no sólo la ejecutaban sino que también la atestiguan, como parte de la “Cultura del cementerio H”; el cristianismo señaló la cremación como un ritual pagano, este argumento logró su desaparición en Europa en el siglo V D.C.
La siguiente semana continuaremos con la Edad Media y la Era Moderna. Compártenos tus aportaciones y comentarios.