
¿Cuál es su historia y cómo nos ha beneficiado?, aquí te lo decimos.
Es quizá una de las actividades más antiguas de la historia humana, en cuanto a ritos funerarios; ella nos remonta indudablemente a los egipcios, en el 3200 a.c., se ha sugerido también que pueblos sudamericanos como los Chinchorro, de Chile y los Incas del Perú realizaban la practica de momificar artificialmente a sus muertos en base a la técnica del embalsamado.
En concreto podemos definir el embalsamamiento como la práctica de conservar un cuerpo fuera del estado de descomposición mediante distintas técnicas, en la cuales se emplean de igual forma diversas sustancias y procedimientos; este hecho podría explicar la confusión y mitos que existen hoy en día por el desconocido de su procedimiento moderno, el cual no requiere de la extracción de los órganos, como fue costumbre en Egipto, salvo en algún caso especial.
Las razones que han llevado a muchas culturas a adoptarla van desde las creencias religiosas, culturales hasta tratados sociales e incluso algunas de estas razones han encontrado fundamento en investigaciones científicas.
Mientras que los egipcios pensaban en la inmortalidad del espíritu humano a través de la conservación del cuerpo y la preservación de su identidad en el más allá; en el renacimiento vieron esta técnica de conservación como la solución que les permitió estudiar la anatomía humana, sin verse perjudicados por la rápida descomposición de los cuerpos.
Gracias a la línea científica, podemos agradecer los avances de Frederick Ruysch en el campo de la medicina para la preservación del cuerpo humano, y el descubrimiento del funcionamiento de la circulación y bombeo del corazón, realizado por William Harvey, sólo por mencionar algunos.
Fue hasta la Guerra Civil de los Estados Unidos que su práctica tomó más fuerza al generarse el deseo de devolver los cuerpos sin vida de los soldados, a sus familiares.
El correr de los años, la transición de las ideologías de la sociedad moderna y los beneficios que el embalsamado trae consigo, han dejado espacio para que se practique de manera habitual y forme parte de los servicios funerarios actuales.
Los principales beneficio que tiene son la reducción de peligro en el contagio de infecciones, a la hora de llevarse a cabo el velorio y el permitir un ambiente libre de los olores propios de la descomposición; su evolución científica y técnica la convierten en una practica segura y altamente recomendada, siempre y cuando sea realizada por personal especializado y capaz.
La siguiente semana daremos seguimiento al tema abordando todo lo relacionado con el enfoque técnico. Te invitamos a que nos compartas tus comentarios y aportaciones al tema.